Cuando supe que estaba perdiendo la vista, debí empezar a confiar en mis manos y en el residual visual que aún me acompaña.
Mis joyas nacen desde la necesidad de crear. Cada pieza nace, no desde una tendencia ni moda, sino de la imagen repentina que viene a mi mente, de mi imaginación.
Si bien mis ojos van perdiendo su luz, mi mente extravagante y ecléctica sigue viendo fuerte y claro.
La necesidad artística del alma reflejada en una joya delicada, elegante, única y con sentido.
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